Três poemas de Alberto Bejarano
Alberto Bejarano é contista e poeta de palimpsestos. Seu primeiro livro de contos, Litchis de Madagascar, foi publicado em janeiro de 2011 pela editora El Fin de la Noche na Argentina. Seu segundo livro e contos, Y la jaula se ha vuelto pájaro, foi publicado em novembro de 2014, em Bogotá, pela editora Orbis. Seu primeiro livro de poesia foi publicado em 2020 pela editora Sílaba de Medellín. Ganhador do Segundo prêmio de poesia de Bogotá, Idartes, 2019; do concurso de contos Moleskin, Espanha, 2011; e do concurso de contos boaventuriano de Cali, 2011. Finalista do concurso de ensaios Anagrama, 2013, com um livro sobre Bolaño; do concurso de romance curto “Oscar Wilde”, 2014, com seu romance A tientas; e do concurso de contos Villanos, Bogotá, 2019. Pesquisador de literatura comparada no Instituto Caro y Cuervo. Professor do mestrado em Artes da Universidad Nacional. Doutorado pela Universidade Paris 8, com tese sobre Roberto Bolaño. É professor universitário na Colômbia e o foi também no Brasil. Outras publicações: Archipiélagos e islas desiertas en clave francófona (Ed. Universidad Santiago de Cali, 2019); Fição e história em Roberto Bolaño (Ed. ICC, 2018); Antología y estudio crítico de la Revista Espiral (1944-1954) (Sílaba, 2018).
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Sonámbula la bailarina
La bailarina sonámbula lleva los ojos abiertos, curados de viche.
Como si fuera una llorona loca
Susana soca
Susana san Juan
despojada de si misma
es más bien, digo yo, una usurpadora del ritmo de su madre.
Quienes todavía se cruzan con ella
rincón oscuro de las madrugadas heladas
revulu de hombres abatidos y de jóvenes apurados,
saben que no miento.
¿Hablo conmigo mismo como sí estuviera hablando con ella?
contigo
esfinge solitaria
patinadora mocha
fañosa saltimbanquiaodora
acompasada perra de los dioses muertos: bailarina sonámbula.
No te vistes de seda ni a la moda ni ciñes adornos de Menina fatal.
Tu pelo corto, tus gafas caídas, tus largas bufandas que colgaban de la silla,
no alcanzaban a decir nada de ti
era tu corsé interior el que te definía
como buena mujer bogotana de abolengos coloniales
descendiente de vascos mercaderes que en estas tierras se enriquecieron.
Judía o mora o las dos
mora Morita Mora la la la Ladina
Dima,
como un lamento guajiro de contrabando apretujado bajo los rieles del tranvía quemado.
El origen, tu origen, es traqueteo de bueyes cansados, de mulas embarradas,
de fango, fango fango.
Sabes que estoy hablando de ti en voz alta.
¿Te chocará cuando me escuches?
Tintineo de copas de fondo acompañan este ron roneo,
seguidilla de flashes de la memoria azotan,
el tiempo que se disuelve,
lenta y a la vez presurosamente
como la escarcha de los viejos nevecones que no se desfrizaban solos,
a los que había que apurar manualmente, cincelarlos con cuidado,
evitando que el gas saturnal se escapara de su eterno cautiverio entre los hombres.
Así como hay ladrones del fuego, los hay del hielo.
Los del fuego buscan la libertad, los del hielo el olvido.
Los desfrizadores somos parias, animales malditos,
ratas de laboratorio que roen las partidas de matrimonio de las notarias.
Ronroneadores del run run: rinrines congelados.
Las sílabas se me pegan a la lengua seca.
Dejaré de dictar un momento (…), salud, brinda conmigo por los muertos, nosotros, tomate este viche curado conmigo bailarina sonámbula.
Mi voz ahora es ronca.
Quizá no la reconocerías si me escuchas
A estas horas, buscando quien nos desfrice,
a los ropavejeros tullidos, nos toca encomendarnos a san Felipe,
el santo de los no madrugadores,
de las gentes de poca fe que no creen que al que madruga dios le ayuda.
Rompe saraguey.
Rompe. Digo rompe, no digo Suelta como en otros tiempos
cuando conocí a la bailarina.
Ya lo se, no le hablo a la misma persona,
ya no tienes el pelo corto ni tus gafas cuelgan ni usas bufandas.
Eres más ligera ahora.
(del libro Sonámbula la bailarina, editorial Sílaba 2020, ganador del premio de poesía Idartes 2019)
Sonâmbula a bailarina
(traduçao de Adelaida Metz com revisão de Juan Fiorini)
A bailarina sonâmbula tem os olhos abertos, embriagados de viche
como se fosse uma llorona louca
Susana Soca
Susana San Juan
despojada de si própria
ou melhor, digo eu, uma usurpadora do ritmo da sua mãe
Aqueles que ainda cruzam com ela
canto escuro das madrugadas geladas
revulu de homens abatidos e de jovens apressados,
sabem que eu não minto.
Falo comigo mesmo como se estivesse falando com ela?
contigo
esfinge solitária
patinadora amputada
fanhosa saltimbancadora
cadela cadenciosa dos deuses mortos: bailarina sonâmbula.
Você nem se veste de seda nem na moda nem usa enfeites de Menina Fatal.
Seu cabelo curto, seus óculos caídos, seus lenços longos pendurados na cadeira,
não conseguiam dizer nada de ti
era seu espartilho interior que te definia
como boa mulher Bogotana de linhagens coloniais
descendente de mercadores bascos que enriqueceram nesta terra
Judia ou moura ou os dois
moura mourinha moura la la la Ladina
Dima,
como um lamento Guajiro de contrabando, esmagado debaixo das linhas do bonde queimado.
A origem, sua origem, é a toada de bois cansados, de mulas sujas de barro,
de lodo lodo lodo.
Você sabe que eu estou falando de você em voz alta.
Você vai se abalar quando me escutar?
Tim-tim de taças ao fundo acompanham este rum-ronar.
seguido de flashs da memória chicoteiam,
o tempo que se dissolve,
lenta e, ao mesmo tempo, apressadamente
como a purpurina das velhas geladeiras, que não descongelavam sozinhas,
e que tinha que apressar manualmente, cinzelá-lo com cuidado,
evitando que o gás saturnal escapasse de seu eterno cativeiro entre os
homens.
Assim como existem ladrões de fogo, também existem os de gelo.
Os de fogo buscam a liberdade, os de gelo o esquecimento.
Os descongeladores somos párias, animais malditos,
ratos de laboratório que roem os registros de casamentos dos cartórios,
Ronronadores do run run: rinrines congelados.
As sílabas grudam na minha língua seca.
Pararei de ditar por um momento (…) saúde, brinda comigo pelos mortos,
nós, toma este viche curado comigo bailarina sonâmbula.
Minha voz agora é rouca.
Talvez você não a reconheceria se me escutasse
a esta hora, buscando quem nos descongele,
aos catadores paralíticos, temos que nos pedir proteção a São Felipe,
o santo dos não-madrugadores,
das pessoas de pouca fé que não acreditam que quem madruga deus ajuda.
Rompe Saragüey.
Rompa. Eu digo rompa, não digo Solte, como em outros tempos
quando conheci a bailarina.
Já sei, não falo para a mesma pessoa,
você não tem mais o cabelo curto nem seus óculos caem nem usa mais lenços.
você é mais leve agora.
*
Poema bailador
El devenir va, la nave va
El grito, familiar es
Virginia Woolf in the mood
Velocidades asincrónicas
Desvelos
Luces de mala maña, al fondo, dicen
Amarilla se pone, alabanciosa ella
De puertas pa`dentro pa`fuera
Superposiciones
Sombras que se derriten en Cali
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¿Quién está despierto?
Despierta
¿cuál es ahora la primera persona?
A 33 rvpm
Louise Fuller desenvuelta en marimba de dientes apretados
TODO ARDIENDO
El cuerpo no se derrite
*
Dice ser analfabeta
Alfabeto cortado re que te re cor ta do:
si la gata es ciega y Roberta es lora
¿Quién soy yo? ¿quién eres tú?
¿Quienes somos entonces…fuimos es palabra MAYOR, diría Virginia Woolf AL FARO?
CamisabiertacadavezmástardellegandoSOÑANDODESPIERTO
Impuneporpebeterodefuegointerior
¿Y LA SALSA?
YO NO ES YO NO ES YO NO ES YO NO ES
CARI CARI CARIDAD
(no era ¿GRACIA DIVINA?)
nO tODOSeSCRIBIMOSdeUNtirón, lo sabes,
pero qué puedo decir yo
son otros ronroneos
y
– quedaron fríos, victorianos de corsé
tu no, lo digo en serio,
¿qué tan vivencial?
¡En aquella Universidad dicen saber de cuerpo! ¡Qué descubrimiento!
¿cuáles serán esas calles, esas gentes?
equilibrios dicen
AY
A LAS 4 13 A LAS 4 18
“LA GENTE SABE MUCHO…mucha cultura popular, mucha desestratificación”
Yo me estrellaré contra las paredes