Uma entrevista com Nuno Júdice | Cinco poemas de Javier Alvarado traduzidos do espanhol por Nuno Júdice
Nuno Júdice nació en Algarve en 1949. Poeta, narrador, ensayista, dramaturgo, editor profesor universitario y diplomático, ha publicado doce libros de poesía, seis de ficción y varios volúmenes de ensayo. Fue el primer poeta portugués editado en Francia por la prestigiosa editorial Gallimard.
Licenciado en Filología Románica por la Universidad de Lisboa y obtuvo un doctorado de la Universidad Nueva de Lisboa, donde es profesor asociado y donde defendió en 1989 una tesis sobre la literatura medieval. Consejero cultural de la Embajada de Portugal y director del Instituto Camões en París, publicó antologías, crítica literaria, historia, estudios de Teoría de la Literatura y Literatura portuguesa y mantiene una colaboración regular en la prensa. Divulgador de la literatura portuguesa del siglo XX, publicó, en 1993, Voyage dans un siècle de Littérature Portugaise. Organizada la Semana Europea de la Poesía, en el ámbito de Lisboa ’94 – Capital europea de la cultura. Es actualmente director de la Revista Colóquio-Letras de la Fundación Calouste Gulbenkian.
Premio Iberoamericano de Poesía Reina Sofía.
Javier Alvarado – Poeta nacido en Panamá en 1982. Premio Nacional de Poesía Joven Gustavo Batista Cedeño 2000,2004, 2007 y 2014; Premio Pablo Neruda 2004, Premio Stella Sierra 2007, Mención Casa de las Américas 2010, Premio Internacional de Poesía Rubén Darío de Nicaragua, Premio Internacional de Poesia Nicolás Guillén. En 2014 un jurado compuesto por los poetas Antonio Gamoneda de España, Rodolfo Hinostroza de Perú y Julio Pazos Barrera de Ecuador le otorgaron el Premio Medardo Ángel Silva en Guayaquil, Ecuador por su libro Carta Natal al País de los Locos. Premio Hispanoamericano de Poesía de San Salvador 2017, Premio Hispanoamericano de Poesía de Quetzaltenango, Guatemala, 2018. Cuenta con 18 poemarios y tres antologías.
***
POESÍA Y TRADUCCIÓN
Entrevista com Nuno Judice (Portugal)
1.¿Qué nos podría decir Nuno Júdice con respecto a poesía y traducción?
A poesia, para mim, é já em si tradução; quando escrevemos um poema estamos a traduzir uma língua abstracta, e por vezes sagrada, que nos vem de uma voz que existe na nossa cabeça e nos dita um texto de que, quando o escrevemos, por vezes nos é opaco na sua significação, e só depois se vai tornando mais compreensível em muitos dos seus significados. Mas quando lemos um, poema e pensamos que o entendemos fica sempre algo por «traduzir» dessa língua oculta de onde ele nasceu.
Quanto ao trabalho de tradução, é também um complemento da escrita poética. Vamos descobrindo um mundo que, se à partida nos é «estrangeiro» ou pouco familiar, vamos descobrindo à medida que a tradução avança e, no fim, faz parte de um mundo cuja cartografia se nos tornou familiar. Não diria, como alguns dizem, que um poema traduzido por um poeta é um novo poema distinto do original; é antes um poema que ganha um rosto diferente na língua em que foi traduzido, e é este o fascínio da tradução: ver os múltiplos rostos de um objecto que ganha novas formas e novas palavras e que, por isso, permite alargar o leque de interpretações e de sentidos do original.
2.¿Qué lo llevó a aprender español, dónde y cuando estudió esta lengua?
O meu espanhol é puramente autodidacta. Aprendi-o lendo desde muito cedo poesia, novela e jornais em espanhol, e também falando o «portinhol» necessário para ser entendido nas minhas idas a Espanha, primeiro, e depois à América Latina.
3.¿Que tal ha sido su experiencia traduciendo poesía de Panamá y de otras partes de Latinoamérica?
Sendo duas línguas próximas, o português e o castelhano, a tradução permite compreender como essa proximidade é uma aparência. Para lá dos falsos amigos que provocam, por vezes, erros graves de sentido (lembro-me do caso em «ao ouvido» foi traduzido por «al olvido» quando «ouvido» é «oído»), o som fonético das duas línguas é totalmente distinto, e teremos de nos adaptar a «ouvir» duas músicas que muitas vezes se contradizem: um poema sussurrado, melancólico, em português, ganha uma afirmação vocálica e luminosa em castelhano, por exemplo. Mas creio que a poesia da Amétrica Latina tem uma maior riqueza expressiva e vocabular, e obriga talvez a um menor esforço de procurar as melhores correspondências porque o caminho é facilitado por essa riqueza sonora. Além disso, tem uma amplificação sensual que está na tradição da nossa poesia, desde os clássicos, permitindo encontrar uma História em que nós também nos reconhecemos, de Camões a Pessoa.
POESÍA Y TRADUCCIÓN
Entrevista con Nuno Judice
(Traducciòn al español por Danae Brugiati Bousounis)
1.¿Qué nos podría decir Nuno Júdice con respecto a poesía y traducción?
La poesía, para mí, es ya en sí una traducción; cuando escribimos un poema estamos traduciendo una lengua abstracta, y a veces sagrada que nos viene de una voz que existe en nuestra cabeza y nos dicta un texto que, cuando lo escribimos, a veces nos es opaco en su significado, Y solo entonces se vuelve más comprensible en muchos de sus significados. Pero cuando leemos un, poema y pensamos que lo entendemos, queda siempre algo por «traducir» de esa lengua oculta de donde nació.
En cuanto al trabajo de traducción, es también un complemento de la escritura poética. Vamos descubriendo un mundo que, si de entrada nos es «extranjero» o poco familiar, vamos descubriendo a medida que la traducción avanza y, al final, forma parte de un mundo cuya cartografía se nos ha hecho familiar. No diría, como algunos dicen que un poema traducido por un poeta es un nuevo poema distinto del original; es más bien un poema que gana un rostro diferente en la lengua a la que fue traducido, y he aquí lo que fascina en la traducción: ver los múltiples rostros de un sujeto que gana en nuevas formas y nuevas palabras y que, por lo tanto, permite ampliar el abanico de interpretaciones y de sentir el original.
2.¿Qué lo llevó a aprender español, dónde y cuándo estudió esta lengua?
Mi español es puramente autodidacta. Lo aprendí leyendo desde muy temprano poesía, novela y periódicos en español, y también hablando el «portuñol» necesario para ser entendido en mis viajes a España, primero, y después a América Latina.
3.¿Que tal ha sido su experiencia traduciendo poesía de Panamá y de otras partes de Latinoamérica?
Siendo dos lenguas próximas, el portugués y el castellano, la traducción permite comprender cómo esa cercanía es una apariencia. Más allá de los falsos amigos que provocan a veces graves errores de sentido (recuerdo el caso en «al oído» fue traducido por «al olvido» cuando «oído» es «oído»), el sonido fonético de las dos lenguas es totalmente distinto, y tendremos que adaptarnos a «escuchar» dos canciones que muchas veces se contradicen: un poema susurrado, melancólico, en portugués, gana una afirmación vocálica y luminosa en castellano, por ejemplo. Pero creo que la poesía de América Latina tiene una mayor riqueza expresiva y vocabulario, y obliga quizás a un menor esfuerzo de buscar las mejores correspondencias porque el camino está facilitado por esa riqueza sonora. Además, tiene una amplificación sensual que está en la tradición de nuestra poesía, desde los clásicos, permitiendo encontrar una Historia en la que también nos reconocemos, de Camoes a Pessoa.
***
Javier Alvarado:
Poemas de Javier Alvarado
(Traducciones por Nuno Júdice)
Hay una aldea hecha con los poemas de Ledo Ivo
Lédo Ivo es un hombre viejo que vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco.
Juan Carlos Mestre
Ya los cangrejos caminan sobre Ledo Ivo
Sobre las casas y los sueños
O los promontorios en la tierra de Maceió,
Ya se volvió mar bajo los barcos
Y desató sus palabras como gaviotas en el muelle
Silbando esta vez ese acorde funéreo para las carnes de Hermengarda
Para esa ebriedad que traspasa las boquitas de los murciélagos y las colillas de cigarro
En la caverna más oscura donde tintinean las almas como oseznos,
Donde se mancha la oscuridad con esa iridiscencia de tus constelaciones
Increpando la resurrección del gallo,
La leche estelar de las espuelas
Y el plumaje irredento corajeando entre los patios y entre las casas marinas
Donde los niños se sientan en el lomo del caracol
Y las niñas fijan su belleza a las estrías teologales de las conchas.
Esta es tu aldea donde un niño llamado Ledo empezó a escribir sus poemas en la arena
En los pétalos de la caña y en los trapiches donde el pueblo suda
El jugo inmemorial de la caña
El jugo equinoccial de la caña
El jugo demencial de la caña
El jugo sexual de la caña
Junto al aroma infinito del cacao, junto a las flores del cacao, junto a las semillas del cacao,
Donde
Clareas esta vez sobre las piedras, sobre el testamento de una negra bailando samba
Silba que te silba el vals funéreo
Para las carnes de Hermengarda
Y eres tú caminando mulatamente sobre las nucas vacilantes de los cangrejos
Sobre una iracunda hoguera de agua, sobre los pilotes azarados
Por la espuma reinante,
Abriéndose tu palabra como un lecho de hojas,
Como una almohada de árboles sobre esos sueños gualdos
Que van a la memoria del camino y terminan en los pies
De los infantes y se ponen a correr
Y rechinan como abejas o mariposas al cuidado de la nieve profunda,
De la nieve inventada y del sol que ordeña los milagros de las cabras
Donde hay brujas y mujeres explicando la redondez de la tierra
Con rituales dibujados en las esferas monacales del coco
Y muchachas extrayéndose del corazón cardúmenes de peces.
Ya los cangrejos caminan sobre Ledo Ivo en la tierra de Maceió.
Allá en el Brasil hay una aldea
Donde aprendió a escribir poesía
Un niño antologado con cara de loco,
Separando las patrias de las lenguas,
Emigrante e inmigrante de la lengua portuguesa
Haciéndola tierra,
Haciéndola jugo de caña
Haciéndola cacao,
Haciéndola cangrejo sobre las playas de Maceió.
Allá en Brasil hay una aldea hecha de los poemas de Ledo Ivo.
/
Há uma aldeia feita com os poemas de Ledo Ivo
Lêdo Ivo é um homem velho que vive no Brasil e sai nas antologias com cara de louco.
Juan Carlos Mestre
Já os caranguejos caminham sobre Ledo Ivo
Sobre as casas e os sonhos
Ou os promontórios nas terras de Maceió,
Já se tornou mar debaixo dos barcos
E soltou as suas palavras como gaivotas no molhe
Assobiando desta vez esse acorde fúnebre para as carnes de Hermengarda
Para essa embriaguez que trespassa os bicos dos morcegos e as beatas de cigarro
Na caverna mais obscura onde tilintam as almas como crias,
Onde se mancha a obscuridade com essa iridescência das tuas constelações
Increpando a ressurreição do galo,
O leite estelar das esporas
E a plumagem irredutível corajeando entre os pátios e entre as casas marinhas
Onde as crianças se sentam às costas do caracol
E as meninas fixam a sua beleza nas estrias teologais das conchas.
Esta é a tua aldeia onde um menino chamado Ledo começou a escrever os seus poemas na areia
Nas pétalas da cana e nos armazéns onde o povo sua
O suco imemorial da cana
O suco equinocial da cana
O suco demencial da cana
O suco sexual da cana
Junto do aroma infinito do cacau, junto das flores de cacau, junto das sementes do cacau
Onde amanheces desta vez sobre as pedras, sobre o testamento de uma negra bailando samba
Assobia que te assobia a valsa fúnebre
Para as carnes de Hermengarda
E és tu caminhando mulatamente sobre as nucas vacilantes dos caranguejos
Sobre uma iracunda fogueira de água, sobre os pilotes azarados
Pela espuma reinante,
Abrindo-se tua palavra como um leito de folhas,
Como uma almofada de árvores sobre esses sonhos gualdos
Que vão à memória do caminho e terminam nos pés
Dos infantes e se põem a correr
E rangem como abelhas ou borboletas ao cuidado da neve profunda,
Da neve inventada e do sol que ordenha os milagres das cabras
Onde há bruxas e mulheres explicando a esfericidade da terra
Com rituais desenhados nas esferas monacais do coco
E raparigas extraindo dos seus corações cardumes de peixes.
Já os caranguejos caminham sobre ledo Ivo na terra de Maceió.
Ali no Brasil há uma aldeia
Onde aprendeu a escrever poesia
Uma criança antologiada com cara de louco,
Separando as pátrias das línguas,
Emigrante e imigrante da língua portuguesa
Fazendo-a terra,
Fazendo-a suco de cana
Fazendo-a cacau,
Fazendo-a caranguejo sobre as praias de Maceió.
Ali no Brasil há uma aldeia feita dos poemas de Ledo Ivo.
*
Ofrenda de cebolla
Not a red rose or a satin heart.
I give you an onion.
…
It promises light
like the careful undressing of love.
Carol Ann Duffy, Valentine
No me des la rosa
No me des el páramo, las calles.
No me des el tintineo del árbol,
No me des el agua y su cofre de cristales.
No me des las espinas de lo bello,
Dame la cebolla
Esas que se cultivan en Coclé o en otras partes
Donde su piel es blanca,
Nívea como un pecho de lobezno adolescente
Parda como el plumaje de una tierrerita
Desdoblada sobre la hoja inmóvil.
No me des del labio acuoso
Ni el bosque petrificado que llevas dentro
Como una copa de vino desmadrada
Los dones terrenales y celestiales
Que la creación te fue otorgando
Con las espigas demolidas,
Mejor el cráter nocturno
La cereza pálida
El venado derretido que alza los cuernos
En los festines de la cama
Olorosos como la canela llevada en el desierto
El sexo en el pico del ave
Que va goteando el semen táctil
O la enjundia del misticismo en la semilla.
Prefiero huir de tus reinos
Y dejar el servicio puesto,
Los utensilios, la comida fría
Esa es la comunión de tu cuerpo al pelarte
Al quitar la piel y ser poseso del cuchillo
Y descubrir tu carne en gajos curvilíneos
Que se abren espaciosos como un milagro
O un pacto de Dios en los corderos.
No me des nada,
Solo sembrad una cebolla aquí en mi tierra
Que el tallo vaya creciendo hasta alcanzar
La desmesura del cielo y el juicio de todos los confines.
Yo te dejo una rosa,
Te dejo los vientos, los mares, las residencias
Todo lo palpado, oído, gustado, visto y olfateado.
No me des los dones, no me des el cuerpo.
No me des las estaciones
Ni el abrigo ni el paraguas.
Arrebátame todos los vegetales del mundo
Pero no me dejes en orfandad
Sin la cebolla.
/
Oferenda de cebola
Not a red rose or a satin heart.
I give you an onion.
…
It promises light
like the careful undressing of love.
Carol Ann Duffy, Valentine
Não me dês a rosa
Não me dês o plaino, as ruas.
Não me dês o tilintar da árvore,
Não me dês a água e o seu cofre de cristais.
Não me dês as espinhas do belo,
Dá-me a cebola
Essas que se cultivam em Coclé ou noutros lados
Onde a sua pele é branca,
Nívea como um peito de lobinho adolescente
Parda como a plumagem de uma rola
Desdobrada sobre a folha imóvel.
Não me dês do lábio aquoso
Nem o bosque petrificado que levas dentro
Como uma taça de vinho desgovernada
Os dons terreais e celestiais
Que a criação te foi outorgando
Com as espigas demolidas,
Melhor a cratera nocturna
A cereja pálida
O veado derretido que ergue os chifres
Nos festins da cama
Perfumados como a canela levada no deserto
O sexo no bico da ave
Que vai gotejando o sémen táctil
Ou a enxúndia do misticismo na sola.
Prefiro fugir dos teus reinos
E deixar a o serviço feito,
Os utensílios, a comida fria
Essa é a comunhão do teu corpo ao descascar-te
Ao tirar a pele e ser possuído pela faca
E descobrir a tua carne em tiras curvilíneas
Que se abrem espaçosas como um milagre
Ou um pacto de Deus nos cordeiros.
Não me dês nada,
Semeai apenas uma cebola aqui na minha terra
Que o caule vá crescendo até alcançar
A desmedida do céu e o juízo de todos os confins.
Deixo-te uma rosa,
Deixo-te os ventos, os mares, as residências
Todo o apalpado, ouvido, saboreado, visto e cheirado.
Não me dês os dons, não me dês o corpo.
Não me dês as estações
Nem o casaco nem o chapéu de chuva.
Rouba-me todos os vegetais do mundo
Mas não me deixes em orfandade
Sem a cebola.
*
Panamá, ya sea en el Pacífico o en el Atlántico
Panamá en esta calle y en este tiempo que nos falta,
Antes de mis días y mis noches
(Y del poema) fluctuando entre los lirios como el agua,
Con sus gruesas murallas y sus edificios
Que le dan color de tacto a los espejos,
A las criaturas del mar que se advienen a mi fondo,
A mi lámpara de niño y a mi mano afiebrada de poeta.
Nunca antes por siglos volví a ver el mismo día
En que abrí los ojos tanteando la tierra
Y el polvo del lugar donde ocurrió mi nacimiento,
Donde me convertía en talingo y en estatua
Con peces de aire entrando por el mármol.
Panamá fue una musa entrando
-vena a vena-
Un arcoíris en la boca,
El tamaño de una brújula en el eros y en la gnosis.
Una ciudad en mi piel, como algo corpóreo
Como la música en una temporada de lluvia
O como un tamborito en una oleada de calor.
Siempre llego a ella aunque por otros caminos vaya
Dejando fuego, dejando amor, coloquios,
Algo de poesía. Mi talón siempre regresa al milagro
De su musgo, a sus piedras temerarias,
A su selva donde nunca he ido, donde nunca vuelvo,
Donde respiro la verdad del mundo
Ensalinada al borde de sus playas.
¿A dónde dejar el muro, el trapecio
Y las marcas de la reniñez como una mariposa en el sombrero,
El desnudo campo
Por donde persigo duendes y espejismos de luciérnaga,
Imágenes de Dios o de un caballo que atesora
Las caminatas imaginadas por el tucán en la tormenta?
Panamá
En el Pacifico, en el Atlántico,
¿En dónde está?, ¿en dónde estuvo?,
¿En dónde me encuentra el mar con su Canal
Y su memorial dolido? Panamá la que siempre
Encuentro aunque por otros caminos vaya
Donde silbo a las criaturas que se advienen a mi fondo,
Con mi lámpara de niño y mi mano afiebrada de poeta.
/
Panamá quer seja no Pacífico quer no Atlântico
Panamá nesta rua e neste tempo que nos falta,
Antes de meus dias e minhas noites
(E do poema) flutuando entre os lírios como a água,
Com suas espessas muralhas e seus edifícios
Que lhe dão cor de tacto aos espelhos,
Às criaturas do mar que chegam ao meu fundo,
à minha lâmpada de criança e à minha mão febril de poeta.
Nunca antes por séculos voltei a ver o mesmo dia
Em que abri os olhos tacteando a terra
E o pó do lugar onde ocorreu o meu nascimento,
Onde me convertia em nó e em estátua
Com peixes de ar entrando pelo mármore.
Panamá foi uma musa entrando
– veia a veia –
Um arco-íris na boca,
O tamanho de uma bússola no eros e na gnose.
Uma cidade na minha pele, como algo corpóreo
Como a música numa temporada de chuva
Ou como um tamboril numa vaga de calor.
Sempre chego a ela embora por outros caminhos vá
Deixando fogo, deixando amor, conversas,
Algo de poesia. Meu calcanhar sempre regressa ao milagre
De seu musgo, a suas pedras temerárias,
à sua selva onde nunca fui, de onde nunca volto,
Onde respiro a verdade do mundo
Salinizada na margem das suas praias.
Onde deixar o muro, o trapézio
E as marcas de nova meninice como uma borboleta no chapéu,
O campo nu
Por onde persigo duendes e reflexos de pirilampo,
Imagens de Deus ou de um cavalo que entesoura
As caminhadas imaginadas pelo tucano na tormenta?
Panamá
No Pacífico, ou no Atlântico,
Onde está? onde esteve?
Onde me encontra o mar com o seu Canal
E o seu memorial dorido? Panamá a que sempre
Encontro embora por outros caminhos vá
Onde assobio às criaturas que chegam ao meu fundo,
Com minha lâmpada de criança e minha mão febril de poeta