Um ensaio de Sílvia Schmidt
Sílvia Schmidt é natural de São Paulo, morou no nordeste e sul do Brasil, saindo de Florianópolis em 2000 em voos mais ousados para Inglaterra e EUA, com o objetivo de estudar o idioma inglês. Formou-se em Letras pela Fatea em Lorena-SP. Especializou-se em Comunicação e Semiótica na PUC/SP, Sociologia e Política na USP e Ontopsicologia em SC. Por 16 anos ministrou aulas de Literatura Brasileira. Em 2014 criou a editora para livros eletrônicos Símbol@Digital, quando lançou seu romance de estreia, Duty Free (2000), em formato epub durante residência artística na Casa do Sol, em Campinas. No IHH (Instituto Hilda Hilst) tem participado como mediadora desde 2016 em eventos literários em crítica interseccional, assim como participado de antologias e revistas literárias nacionais e internacionais com poemas, contos e ensaios. Seu segundo romance, Made in Brasil (2020) está em pleno lançamento. Integra o movimento do Mulherio das Letras – Nacional desde sua criação, em 2017.
***
Sob o signo da pluralidade: um ensaio sobre Passagem estreita de Divanize Carbonieri
É preciso que as vozes de um número incalculável de sujeitos falantes ecoem e se faça falar uma inumerável experiência. Não é necessário que o sujeito falante seja sempre o mesmo. Não é necessário que somente ecoem as palavras normativas da filosofia. É preciso fazer falar todas as espécies de experiências, dar ouvidos aos afásicos, aos excluídos, aos moribundos, pois estamos no exterior, enquanto são eles que efetivamente enfrentam o aspecto sombrio e solitário das lutas. Creio que a tarefa de um praticante da filosofia, vivendo no Ocidente, é dar ouvidos a todas essas vozes.
Michel Foucault
É com esta epigrafe que inicio estes comentários, leitura surpreendente e indicação veemente para os contos do livro Passagem estreita de Divanize Carbonieri. Porque é exatamente isso que a autora nos proporciona em sua obra lapidar, um deslocamento do centro para as periferias, do estrutural para a desconstrução de um poder histórico europeu fincado por anos em nosso território. Patriarcal, impostor-impositivo, frente a um território permeado de culturas milenares outras.
Ler os 19 contos de Passagem estreita é espreitar o que poderíamos ter sido e não fomos – uma nação plural, de cores e formas mil. As cores de passagem, as formas de passagem-estreita entre escombros de um ser dominado procurando um olhar generoso, alguém que lhe dê uma brecha, mesmo que estreita, para existir. Como coloca Bashô:
Maravilhoso:
ver entre las rendijas
la Vía Lactea
(apud PAZ, 1976, p. 177)
Carbonieri foi generosa, mais do que isso, afinada às novas teorias sociais, decoloniza o pensar, os olhos viciados em discursos dominantes, europeizantes, academicistas. E o realizou de modo sintagmático e paradigmático. Na forma e no conteúdo. O termo decolonizar ou:
El concepto ‘decolonialidad’, que presentamos en este libro, resulta útil para trascender la suposición de ciertos discursos académicos y políticos, según la cual, con el fin de las administraciones coloniales y la formación de los Estados-nación en la periferia, vivimos ahora en un mundo descolonizado y poscolonial. Nosotros partimos, en cambio, del supuesto de que la división internacional del trabajo entre centros y periferias, así como la jerarquización étnico-racial de las poblaciones, formada durante varios siglos de expansión colonial europea, no se transformó significativamente con el fin del colonialismo y la formación de los Estados-nación en la periferia. Asistimos, más bien, a una transición del colonialismo moderno a la colonialidad global, proceso que ciertamente ha transformado las formas de dominación desplegadas por la modernidad, pero no la estructura de las relaciones centro-periferia a escala mundial. Las nuevas instituciones del capital global, tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), así como organizaciones militares como la OTAN, las agencias de inteligencia y el Pentágono, todas conformadas después de la Segunda Guerra Mundial y del supuesto fin del colonialismo, mantienen a la periferia en una posición subordinada. El fin de la guerra fría terminó con el colonialismo de la modernidad, pero dio inicio al proceso de la colonialidad global. De este modo, preferimos hablar del ‘sistema-mundo europeo/euro-norteamericano capitalista/patriarcal moderno/colonial’ (Grosfoguel, 2005) y no sólo del ‘sistema-mundo capitalista’, porque con ello se cuestiona abiertamente el mito de la descolonialización y la tesis de que la posmodernidad nos conduce a un mundo ya desvinculado de la colonialidad. Desde el enfoque que aquí llamamos ‘decolonial’, el capitalismo global contemporáneo resignifica, en un formato posmoderno, las exclusiones provocadas por las jerarquías epistémicas, espirituales, raciales/étnicas y de género/sexualidad desplegadas por la modernidad. De este modo, las estructuras de larga duración formadas durante los siglos XVI y XVII continúan jugando un rol importante en el presente. (CASTRO-GOMEZ, 2007, p. 13-14.)
Ainda:
El pensamiento decolonial surgió y continúa gestándose en diálogo conflictivo con la teoría política de Europa, para Europa y desde ahí para el mundo. De ese diálogo conflictivo surge el pensamiento fronterizo, que sería redundante llamar crítico (aunque a veces es necesario para evitar confusiones), después de leer a Waman Poma y Cugoano. En todo caso, si lo llamamos “crítico” sería para diferenciar la teoría crítica moderna/posmoderna (Escuela de Frankfurt y sus secuelas postestructuralistas) de la teoría crítica decolonial, que muestra su gestación en los autores mencionados. El pensamiento decolonial, al desprenderse de la tiranía del tiempo como marco categorial de la modernidad, escapa también a las trampas de la poscolonialidad. La poscolonialidad (teoría o crítica poscolonial) nació entrampada con la posmodernidad. De ahí que Michel Foucault, Jacques Lacan y Jacques Derrida hayan sido los puntos de apoyo para la crítica poscolonial de Said, Bhaba y Spivak. El pensamiento decolonial, por el contrario, se rasca en otros palenques. En el caso de Waman Poma, en las lenguas, en las memorias indígenas confrontadas con la modernidad naciente; en el caso de Cugoano, en las memorias y experiencias de la esclavitud, confrontadas con el asentamiento de la modernidad, tanto en la economía como en la teoría política. El pensamiento decolonial, al asentarse sobre experiencias y discursos como los de Waman Poma y Cugoano en las colonias de las Américas, se desprende (amigablemente) de la crítica poscolonial.
Veremos, primero, en qué consisten estos dos pilares del pensamiento decolonial en la colonización de las Américas y en la trata de esclavos, y luego especularemos sobre las consecuencias de estos silencios en la teoría política y la filosofía, en Europa. Insisto en la localización, si es todavía necesario recordarlo, puesto que sabemos ya desde hace tiempo que todo pensamiento está localizado, pero, a pesar de saber esto, hay una tendencia general a entender el pensamiento construido a partir de la historia y la experiencia europeas como si estuviera des-localizado. Estos sutiles deslices pueden ser de graves consecuencias: en el siglo XVIII muchos intelectuales de la Ilustración condenaron la esclavitud, pero ninguno de ellos dejó de pensar que el negro africano era un ser humano inferior. Estos prejuicios y cegueras perpetúan la geopolítica del conocimiento. El pensamiento decolonial da vuelta a la tortilla, pero no como su opuesto y contrario (como el comunismo en la Unión Soviética opuesto al liberalismo en la Europa occidental y Estados Unidos), sino mediante una oposición desplazada: el pensamiento decolonial es el de las variadas oposiciones planetarias al pensamiento único (tanto el que justifica la colonialidad, desde Sepúlveda a Huntington, como el que condena la colonialidad (Las Casas) o la explotación del obrero en Europa (Marx). Esto es: todo el planeta, a excepción de Europa occidental y Estados Unidos, tiene un factor en común: lidiar con la invasión, diplomática o guerrera, beneficiosa o desastrosa, de Europa occidental y Estados Unidos. A la vez, Europa occidental y Estados Unidos tienen algo en común: una historia de quinientos años de invasión, diplomática o armada, en el resto del mundo.
Waman Poma y Ottobah Cugoano abrieron un espacio-otro, el espacio del pensamiento decolonial, en la diversidad de las experiencias a las que seres humanos fueron forzados por las invasiones europeas en estos dos casos. Me detendré en ellos como los fundamentos (semejantes a los fundamentos 34 griegos para el pensamiento occidental) del pensamiento decolonial. Estos fundamentos históricos (históricos, no esenciales) crean las condiciones para una narrativa epistémica que remite la genealogía global del pensamiento decolonial (realmente otra en relación con la genealogía de la teoría poscolonial) hasta Mahatma Gandhi, W. E. B. Dubois, Juan Carlos Mariátegui, Amílcar Cabral, Aimé Césaire, Frantz Fanon, Fausto Reinaga, Vine Deloria Jr., Rigoberta Menchú, Gloria Anzaldúa, el movimiento Sin Tierras en Brasil, los zapatistas en Chiapas, los movimientos indígenas y afros en Bolivia, Ecuador y Colombia, el Foro Social Mundial y el Foro Social de las Américas. La genealogía del pensamiento decolonial es planetaria y no se limita a individuos, sino que se incorpora en movimientos sociales (lo cual nos remite a movimientos sociales indígenas y afros: Taki Onkoy para los primeros, cimarronaje para los segundos) y en la creación de instituciones, como los foros que se acaban de mencionar.
Veamos cómo puede lucir esta genealogía. (MIGNOLO, 2007, p. 32-34.)
Embora a genealogia do pensamento decolonial esteja pautando este ensaio, ele não se desvia da epígrafe do pensamento foucaultiano no sentido de dar voz a muitas outras vozes inclusive, não somente à filosofia, mas também ao feminismo, olhar certeiro de Carbonieri.
Ainda me pautando em teoria literária, lembrei-me de Otávio Paz em seus Signos em rotação, quando define o que penso ser o ponto específico dos contos lidos: a outridade.
Experiência feita do tecido de nossos atos diários, a outridade é antes de mais nada a percepção de que somos e que, sem deixar de estar onde estamos, nosso verdadeiro ser está em outra parte. Somos outra parte. Em outra parte quer dizer: aqui, agora mesmo enquanto faço isto ou aquilo. Estou só e estou contigo, em um não sei onde que é sempre aqui. Contigo e aqui: quem és tu, quem sou eu, onde estamos quando estamos aqui? (PAZ, 1976, p. 109)
Não seria este o conceito mais perfeito para toda a obra em questão, mas em especial para o conto “Cuiabá”? O não lugar para onde nos remete a narrativa?
[…] mas não visualizo nada, uma grande parede branca é o que se forma na minha mente, não tenho a menor noção de direção, tão perdida que estou nesse mundo, nessa cidade, nesse corpo, um corpo não aterrado, que flutua solto sem estar realmente ligado a nenhuma terra, nenhum chão, nenhum espaço… (CARBONIERI, 2019, p. 82)
Cuiabá, Cuiabá que não é a cidade em que nasci, mas dessa nem posso contar nada, tão distantes na minha memória estão aqueles espaços… (CARBONIERI, 2019, p. 83)
Ainda:
como criar uma geografia literária se não se está realmente em lugar algum… (CARBONIERI, 2019, p. 83)
Porque não está em lugar algum. A narrativa de Divanize nos presenteia com todos os lugares: as brechas, as fissuras, as fendas, a periferia, a província: como em “Tramas”:
Cuiabá, 1859. Freguesia de São Gonçalo Pedro II, Segundo Distrito. O Tenente é um homem muito violento. Seus escravos sofrem sucessivos maus-tratos. Todos na província sabem disso. Nenhuma autoridade age para detê-lo. (CARBONIERI, 2019, p. 88)
E assim sucessivamente de modo não linear, Cuiabá 2009, 1929, 1859, 2019, em que as
narrativas aparentemente insignificantes dessas mulheres são finalmente registradas. Assim também se conta a historia de uma cidade. Nas tramas simples da vida cotidiana. (CARBONIERI, 2019, p. 94)
Ou em “Estratagema”:
Só ela e Otônio dentro do barraco, sossegados, embalados pelo som do chuvisqueiro. Otônio dormia solto, roncando. Seu corpanzil azul tapava a visão de Esmeraldina das ripas do telhado sem no entanto, servir de anteparo para os respingos das goteiras. Gota atrás de gota caía na testa dela, escorregando preguiçosa para o meio da farta cabeleira branca. Um bom refrigério para uma alma cansada. Esmeraldina tinha fome, mas pouca vontade de comer”. (CARBONIERI, 2019, p. 101)
Em “Adormecida”:
Não se recordava mais há quanto tempo estava sem dormir montada naquele cavalo. […] O ar gélido a deixava ainda mais sonolenta. Da última vez que dormira, imprecisos dias atrás, havia desfrutado de um sono intermitente de poucas horas sobre a relva enregelada. […] De quando em quando pestanejava enquanto cavalgava, e imagens oníricas se misturavam à realidade. (CARBONIERI, 2019, p. 110-112)
Sucessivamente vamos nos embrenhando nas passagens estreitas de lugares insólitos como ripas de telhado, como zonas do inconsciente para encontrarmos as dores da alma, do corpo, em muitas vozes dissonantes, esquecidas no tempo-espaço de todos os alfarrábios.
Carbonieri vai penetrando em fendas inauditas para nos trazer seres em plena urdidura do real, mais do que suas falas, a presença mesma do que invisibilizamos por não os olharmos de frente – a cosmovisão escanteada – pela estrutura histórica de poder: como bem nos lembra Márcia Romero Marçal na orelha do livro, ao descrever, indiciando a leitura:
um universo de mulheres marginais, subterrâneas, rebaixadas a uma condição ínfima na sociedade, que protagonizam historias de luta, violência e superação. Valores abstratos, como a liberdade individual, a justiça social, a igualdade de gênero, se materializam em pulsões vitais crescentes, que forçam a travessia uma travessia em pontos de fissura, desgastes, brechas. (MARÇAL apud CARBONIERI, 2019, orelha)
Ler Passagem estreita é ir ao encontro da desconstrução na decolonização de afetos, da linguagem mesmo em si, onde materializamos o ser. São verbos, frases ritmadas em quase poesia, prosa poética, porque inaugura técnicas não acadêmicas, não estruturais, e ainda nos remete, na folha, nas páginas, a outras formas visuais: caixa alta, caixa baixa, trocas silábicas, semânticas, paradoxógrafos.
Um permanente imaginar. Tal como nos descreve o crítico Otávio Paz (1976, p. 121), “Não uma forma, mas signos que se projetam em um espaço animado e que possuem múltiplos significados possíveis. O significado final desses signos o poeta ainda não conhece: está no tempo, o tempo que fazemos entre todos e que a todos nos desfaz. Enquanto isso o poeta escuta.” Alguns exemplos:
“Vocabulário”:
ELA tinha sido VENDIDA pela mãe para trabalhar naquela casa. Mas MINGUÉN dizia isso assim, ABERTAMENTE. O que se RETEPIA era o verbo AJUDAR. Para ajudar a sua família, a OUTRA família a tinha LEDAVO para ajudar na casa DELES. Uma TROCA que PACERIA justa. A mãe também AHCAVA que a estava ajudando, já que qualquer vida deveria ser MEHLOR do que aquela. (CARBONIERI, 2019, p. 43)
“Bagaceira”:
tá achando ruim fodasse… (CARBONIERI, 2019, p. 60)
E neste meu aqui e agora, de modo irônico, vejo o corretor avermelhando vocábulos, indicando a falta da estrutura, a mesma que é rompida por Carbonieri. A ruptura se faz presente, mas a estrutura colonial nos cobra, impera, até mesmo na extensão de nossos dígitos, a exigir, a cobrar revisão, o correto imperioso. Brava Divanize.
Porque a vida é mesmo desigual como em:
“Exu”:
Exu passeava pelo mundo com suas pernas desiguais, uma mais curta que a outra. Mais curta? Ele tem um pé lá no outro mundo e um cá na Terra, é por isso. Como o saci? Não o saci é perneta. (CARBONIERI, 2019, p. 66.)
“Pantera”:
quano dava na veneta eles ia lá e matavo as muler e de tanto matá elas eles foro garrano gosto… (CARBONIERI, 2019, p. 73.)
“Fia”:
Bom seria se tivesse ficado quieta, serena, com os olhos abertos, fixados num ponto qualquer adiante, e os braços caídos imóveis ao longo do corpo. Poderia talvez ter se constituído numa imagem mais apresentável assim. Mas de modo como estava, gesticulando feito uma barata de barriga para cima, parecia ainda mais feia do que já era. Não tinha porém, plena consciência de sua feiura. (CARBONIERI, 2019, p. 13)
Sem papas na língua, sem parágrafos hierárquicos, o leitor vai se afinando a uma percepção lapidar, sem bloqueios ou obstáculos científicos, desarmando-se de um conhecimento que, em si, precisa ser criticado, epistemologicamente como nestes 19 contos basilares. Passagem para um mundo novo, desarticulado, afásico, por isso criativo, inaudito. Prosa poética em plena tomada de consciência. Uma sociedade nova, plural, significativa será possível quando:
A revelação poética descobre a condição humana – a solidão de ser jogado – e nos convida a realizá-la plenamente ao exprimi-la através da imagem que comporta a dualidade e o contraditório, a representação e a realidade. A revelação poética resulta da inspiração que é uma manifestação da alteridade constitutiva do homem, pois ele surge concretamente pela palavra que é o meio de que o homem dispõe para fazer-se outro. (LAFER, 1976, p. 271)
Conclusão
Para quem escreve, para leitores atentos e exigentes, os contos de Passagem estreita, de Divanize Carbonieri, são um abrir de fronteiras. O almejado, em todos os sentidos. Uma obra prima no sentido do dever cumprido. Precisamos ir além das fendas, olhar nos olhos dos esquecidos, não para e somente descrevê-los, mas para denunciar os maus tratos históricos, o abandono, os abusos sofridos. São gentes da gente. São nossos amigos, são nossos vizinhos, são nosso povo. Eu, particularmente, me sinto aqui responsável por acentuar esta revelação nesta prosa para lá de poética. De comoção, de alumbramento. Em especial pela coragem. Ler, estudar, divulgar estas passagens-estreitas, uma obrigação para o devir, para os novos tempos, numa nova práxis teórica, para uma polis possivelmente democrática. Humana no aqui e no agora.
Referências
CARBONIERI, Divanize. Passagem estreita. Cuiabá: Carlini & Caniato, 2019.
CASTRO-GOMEZ, Santiago & GROSFOGUEL, Ramón. Prólogo. Giro deocolonial, teoria crítica y pensamento hierárquico In: ___ (Editores). El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos y Pontificia Universidad Javeriana, Instituto Pensar, 2007. p. 9-24.
FOUCAULT, Michel. Sexualidade e solidão In: Ditos & escritos V:ética, sexualidade, política. Trad. Elisa Monteiro e Inês Autran Dourado Barbosa. Rio de Janeiro: Forense Universitária, 2006.
LAFER, Celso. O poeta, a palavra e a máscara In PAZ, Otávio. Signos em rotação. São Paulo: Editora Perspectiva, 1976. p. 269-297.
MARÇAL, Márcia Romero. Orelha In: CARBONIERI, Divanize. Passagem estreita. Cuiabá: Carlini & Caniato, 2019.
MIGNOLO, Walter D.. El pensamento decolonial: desprendimento e apertura In: ___ (Editores). El giro decolonial: reflexiones para una diversidad epistémica más allá del capitalismo global. Bogotá: Siglo del Hombre Editores; Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos y Pontificia Universidad Javeriana, Instituto Pensar, 2007. p. 25-46.
PAZ, Otávio. Signos em rotação. São Paulo: Editora Perspectiva, 1976.