Três poemas de Juan Manuel Terenzi
Juan Manuel Terenzi (1982), natural de Ribeirão Preto (SP) e criado em um entre-lugar Brasil-Argentina. Formado em Engenharia Química, Letras Espanhol e Filosofia. Atualmente reside em Florianópolis e cursa doutorado em Teoria Literária (UFSC) estudando a obra de Samuel Beckett. Pesquisou no arquivo Beckett na University of Reading (Inglaterra) como bolsista PDSE da Capes. Membro do corpo de tradutores da revista LONGITŪDINĒS (Inglaterra). Traduziu ensaios e artigos acadêmicos de Mario Perniola, Anthony Cordingley, Chiara Montini, Lucas Margarit e Daniel Filmus.
***
I
supuestamente hay un lugar
en tu zócalo cerebral
que reúne apenas míseras
quimeras queimadas por tocos
ainda sobreviventes:
cinzas e ardentes.
y si hoy hiere
ayer era sangre
mañana hambre otra vez.
e se hoje dói
ontem sangue foi
amanhã fome.
me levanto con ojos puestos
en la alfombra,
me levanto sin saber si
estas piernas me conducirán hacia
lo de siempre, es decir
hacia lo que jamás podré saber.
o sol da manhã insiste
em apontar com seus braços
o trajeto.
trayecto, erecto, abyecto,
y me vuelvo a acostar.
*
II
ludibriei o calendário
una, dos,
casi tres veces, y ahora
imagino os dias adiados,
ausentes do seu transcurso.
lastimé mi sangre, he
usado las viejas
cicatrices
intentando descifrar
as marcas que geraram o hoje.
las noches son murciélagos
urdiendo sus alas
convexas, amparadas no sótão
inebriado por ter sido amputado
aunque nadie lo supo.
llantos quietos, cercanos
uno del otro,
creando su destino
impassível, possível
apenas se.
*
III
fijate que el pasto
(ahora)
está cortado,
mientras dentro mío
maullaban tres gatos
a los cuales les di voz:
cruzamos a noite,
cruzamos sem foice,
cruzamos com nossa fome.
cuando pensé que te perdías,
tu hambre se hizo presente
y me desnudé cuando los relojes
estavam exaustos de seus ponteiros.
nada supo condenar el tiempo,
por eso sudé lo que pude
y te saludé
às duas horas dessa madrugada.
pero las agujas seguían
pudriendo las horas,
quitándonos de nosotros mismos.
fijate que el pasto
(ahora)
está cortado.